La exposición a niveles elevados de música es un fenómeno común entre quienes disfrutan de la vida nocturna en discotecas, festivales y raves. En estos espacios, el sonido no solo se escucha, sino que también se siente como parte sensorial de la experiencia. Sin embargo, lo que para muchas personas representa diversión y conexión social también conlleva riesgos. Entre ellos, uno importante es el de daño auditivo, cuyas consecuencias pueden ser irreversibles si no se adoptan las medidas de protección auditiva necesarias.
En la edición del Observatorio Energy Control de consumos, riesgos y cuidados de 2024, se ha profundizado en los efectos del sonido elevado en la salud de quienes frecuentan el ocio nocturno. A partir del análisis de los datos obtenidos mediante una encuesta virtual, entrevistas y grupos focales, hemos explorado la percepción de estos riesgos, las estrategias de protección utilizadas y la información disponible sobre el cuidado auditivo.
La Exposición a Música de Alto Volumen
La mayoría de las personas que participaron en el estudio (794 personas; edad media de 30,7 años; 55,8 % hombres y 39,7% mujeres) habían asistido a eventos de música a alto volumen. Un 71,7% en discotecas, un 58,3% en festivales y un 36,9% en raves durante los últimos doce meses. No se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en la asistencia a estos, pero sí en función de la edad. Las personas más jóvenes, especialmente aquellas entre 18 y 34 años, fueron quienes con mayor frecuencia dijeron acudir a ellos. Por tanto, presentan una mayor exposición al sonido elevado y son quienes más pueden beneficiarse de las medidas preventivas.
Síntomas Auditivos y Percepción del Riesgo
La exposición prolongada a música a un volumen alto puede provocar diversos síntomas auditivos, como dificultad para escuchar o entender a otras personas, así como tinnitus o zumbidos en los oídos, una molestia frecuente tras asistir a eventos musicales.

De acuerdo con los datos obtenidos, las discotecas fueron los lugares donde más personas dijeron haber experimentado estos síntomas, seguidas por festivales y raves. Sin embargo, no se encontró una correlación directa entre la frecuencia de asistencia a estos eventos y la aparición de síntomas auditivos. El estudio también reveló que quienes reconocieron el tinnitus, las molestias en los oídos y la pérdida de audición temporal o permanente como los principales riesgos del sonido elevado. En algunos casos, identificaron estos síntomas como señales de daño. Esto las llevó a cuestionarse la necesidad de adoptar medidas de protección auditiva.
La mayoría de las personas participantes en la investigación eran conscientes de los riesgos auditivos. Señalaron que factores como el uso de drogas y la duración de los eventos, sobre todo en raves, aumentan la exposición a música de alto volumen. En estos contextos, la música no solo se percibe como sonido, sino también como una vibración física y una conexión emocional que, a través de la intensidad del volumen, puede generar placer.
La Búsqueda del Placer y los Límites del Volumen
Para algunas personas, la relación entre el volumen de la música y el placer experimentado en los eventos es casi simbiótica. Así, el disfrute de la música está profundamente ligado a su intensidad. Aunque esta idea era mayoritaria entre las personas participantes, algunas opinaban de manera diferente. Mencionaron que, en ciertos momentos, reducir el volumen puede mejorar la experiencia. Esto ocurriría especialmente cuando la música se reproduce sin parar durante horas.
La percepción del sonido y el volumen en estos contextos es altamente subjetiva. Para algunas personas, el volumen elevado es una fuente de disfrute, mientras que para otras puede resultar molesto, especialmente cuando interfiere con la posibilidad de mantener una conversación o cuando se percibe como una sobrecarga sensorial. Esto ocurre con frecuencia en eventos como las raves, donde la música no disminuye durante todo el evento. Esta variabilidad muestra cómo, incluso en los mismos entornos, las experiencias sensoriales pueden diferir según las expectativas y tolerancias individuales al sonido.
La Protección Auditiva: Una Cuestión Pendiente
A pesar de que los riesgos asociados con pasar largos períodos de tiempo en entornos con un volumen de sonido elevado son conocidos, el uso de medidas de protección auditiva sigue siendo bajo. Aunque muchas personas limitan el tiempo que pasan cerca de los altavoces o se alejan de las zonas con mayor volumen, la estrategia más eficaz, el uso de tapones para los oídos, es empleada por pocas. En algunos casos, algunas personas participantes, indicaron que, ante la falta de tapones, recurrían a soluciones improvisadas, como el uso de algodón o telas, siendo conscientes de que su eficacia era limitada.
En general, las principales motivaciones para adoptar prácticas de cuidado auditivo incluyen la prevención de daños irreversibles, como la pérdida de audición o el tinnitus, y la búsqueda de una experiencia más placentera en entornos ruidosos.
La Influencia Social y la Conciencia Colectiva
La percepción de los riesgos auditivos está estrechamente relacionada con las interacciones sociales, especialmente dentro del grupo de iguales. Las personas que tienen experiencia en el ámbito musical o en el ocio principalmente nocturno, al estar más informadas sobre los posibles daños causados por la exposición a altos volúmenes, desempeñan un papel fundamental en la adopción de medidas preventivas. A través de sus recomendaciones y ejemplos, logran influir en el comportamiento de otras personas, promoviendo prácticas como el uso de tapones o la limitación del tiempo de exposición al sonido elevado. Esta dinámica social facilita la difusión de estrategias de cuidado que de otro modo podrían ser ignoradas o subestimadas.
La Confianza en la Información
La confianza en las fuentes de información es otro factor clave que afecta la adopción de medidas preventivas. En nuestro estudio, esta se entiende como la creencia en la veracidad y la fiabilidad de la información, que se ve influenciada por la percepción de las personas sobre la autoridad y la experiencia de quienes la brindan.
En este sentido, las personas que han experimentado los efectos negativos de la música a alto volumen o que tienen amistades vinculadas al mundo de la música suelen ser más conscientes de la importancia de la protección auditiva. Algunas personas señalaron que empezaron a utilizar tapones para los oídos tras observar que sus amistades, con más experiencia en el circuito de fiestas, ya los empleaban como medida preventiva para evitar daños auditivos a largo plazo o comenzar a experimentar ellas mismas estos daños. Esta influencia social favorece la adopción de prácticas de cuidado, impulsando a aquellas personas con menos información a seguir las recomendaciones de quienes tienes más familiaridad con los riesgos.
La Necesidad de Información Accesible y Prácticas Preventivas
Aunque la mayoría de las personas participantes en el estudio reconocen los riesgos asociados a la música a alto volumen, algunas no tienen acceso a información clara y accesible sobre cómo proteger su audición de manera efectiva. El análisis revela que muchas desconocen las fuentes confiables donde pueden obtener orientación sobre el cuidado auditivo, lo que puede estar vinculado a la escasa sensibilización pública sobre este tema.
A pesar de la creciente conciencia sobre los efectos negativos del ruido en la salud auditiva, aún persiste una falta de difusión sobre las medidas preventivas concretas, como el uso de tapones para los oídos o la importancia de limitar la exposición al sonido en determinados niveles. Este vacío de información podría contribuir a que, aunque las personas reconocen los riesgos, no siempre sepan cómo actuar para proteger su audición, lo que refuerza la necesidad de una mayor educación y accesibilidad en torno a este asunto.
Conclusión
Es esencial implementar campañas de sensibilización sobre los peligros del ruido elevado. Estas campañas deben proporcionar información clara sobre las medidas preventivas. También es importante considerar el papel de los espacios de ocio nocturno. Sin duda alguna, pueden ayudar a promover la protección auditiva de manera eficaz.
A medida que aumente la concienciación sobre los riesgos del sonido alto y la importancia de proteger la audición, crecerá el uso de medidas preventivas. El uso de tapones ayudará a reducir los riesgos a largo plazo de pérdida auditiva y tinnitus. Esto permitirá un mejor disfrute de la experiencia festiva sin comprometer la salud auditiva.
Si quieres saber más sobre este estudio, puedes leer el informe completo aquí. El proyecto “Energy Control: Observatorio de consumos, riesgos y cuidados” ha sido financiado a través de la convocatoria 0,7 de subvenciones para la realización de actividades de interés general consideradas de interés social, correspondiente a la Secretaría de Estado de Derechos Sociales (Convocatoria 2023).

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