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Se trata de una sustancia en forma de polvo con efectos estimulantes y psicodélicos que pertenece a la familia de las catinonas. Es un inhibidor de la recaptación de la noradrenalina.
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Este documento es un recurso dinámico y en constante actualización, ya que aborda un fenómeno en evolución. Dado que las catinonas sintéticas, su clasificación y la situación de los mercados pueden cambiar con el tiempo a medida que surgen nuevas sustancias y estudios, nuestra intención es mantener la información actualizada y precisa. Invitamos a revisar periódicamente este material, ya que puede tener modificaciones para reflejar los avances y descubrimientos más recientes en el tema. (Última actualización: abril 2025)
La aparición de las catinonas sintéticas en los mercados de drogas puede entenderse dentro del fenómeno más amplio de las nuevas sustancias psicoactivas (NPS). En términos generales, las NPS son sustancias que buscan imitar los efectos de las sustancias tradicionales y no se encuentran incluidas en las Listas de Fiscalización Internacional.
A finales del siglo XX y en los primeros años de la presente década ya había sustancias de estas características que podían adquirirse en laboratorios especializados. Fueron denominadas research chemicals y eran consumidas principalmente por personas que se autodefinían como psiconautas. Posteriormente, algunas de ellas comenzaron a distribuirse como legal highs, en envases llamativos y con nombres que hacían referencia a los efectos de las sustancias tradicionales como el cannabis, la cocaína o la MDMA. Muchas de estas legal highs podían adquirirse en tiendas físicas, pero, tras la prohibición de la mefedrona en 2011 y la persecución ejercida sobre estas tiendas, su distribución se desplazó a Internet.
En la actualidad, dentro de este gran grupo de sustancias que son las NPS, se encuentran diferentes familias de sustancias, con efectos muy diversos: desde cannabinoides sintéticos hasta nuevas benzodiacepinas, pasando por los opioides sintéticos o las fenetilaminas y triptaminas.
Las catinonas sintéticas son sustancias derivadas de la catinona, un alcaloide que se encuentra presente en la planta del Khat (Catha Edulis). La catinona es una sustancia análoga de la anfetamina y, por tanto, comparte con ella los efectos estimulantes. El consumo tradicional de Khat se da fundamentalmente en países como Etiopía, Yemen, Somalia y Kenia, aunque en los últimos años también se ha observado en otros países, debido fundamentalmente a los procesos migratorios.
La síntesis de derivados sintéticos de la catinona no es nueva. Por ejemplo, en 1928 se sintetizó la metcatinona y, en 1929, el español Jesús Sáenz de Buruaga sintetizó la 4-metilmetcatinona (4-MMC) que, más tarde, se conocería como mefedrona. En la década de los 60 se sintetizaron varias catinonas sintéticas pertenecientes al grupo de las pirovaleronas, de las que la que más difusión llegó a tener años después fue la 3,4-metilendioxipirovalerona (MDPV), sintetizada en 1967.
Tras la gran extensión que tuvo el consumo de mefedrona a finales de la primera década de los 2000 y su posterior prohibición, el ritmo de aparición de nuevas catinonas sintéticas ha sido elevado. La primera catinona sintética identificada en Europa fue la metilona en 2005. Tres años después, se identificaron otras seis catinonas sintéticas: la MDPV, la 3-fluorometcatinona (3-FMC), la flefedrona (4-FMC), la etilcatinona, la mefedrona (4-MMC) y la butilona. A partir de ese momento, el ritmo de aparición de nuevas catinonas sintéticas fue aumentando hasta el máximo de 31 identificadas en 2014. A partir de ese año, el número de nuevas catinonas ha ido descendiendo.
En los primeros años, las catinonas sintéticas se comercializaban legalmente en Europa bajo nombres engañosos como «sales de baño», «fertilizantes para plantas», «limpiadores» o «abonos para cactus». Al venderse para estos supuestos usos, se evitaban las restricciones legales que se imponen a productos destinados al consumo humano. Posteriormente, la distribución de catinonas sintéticas pasó a concentrarse casi exclusivamente a través de Internet. A partir de 2016, el mercado de las catinonas sintéticas experimentó un cambio importante con la entrada del mercado ilícito en su producción y distribución. Como resultado, incluso aquellas sustancias sujetas a regulación continuaron fabricándose y comercializándose de manera clandestina.
Las catinonas sintéticas se agrupan en cuatro tipos según su estructura química. Aunque esto puede sonar complicado, podemos imaginar estos grupos como diferentes «familias» de moléculas con características en común.
A continuación, vamos a describir un poco más algunas de las catinonas sintéticas encontradas en nuestros servicios de análisis.
La catinona sintética más conocida es la mefedrona (4-metilmetcatinona: 4-MMC) que, tras un auge en su consumo, fue fiscalizada en 2011. En los últimos tres años, su disponibilidad en el mercado ha sido limitada, estando muchas de las muestras adulteradas por sustitución con otras catinonas sintéticas como la 2-MMC, la 3-MMC, la 3-CMC y la 4-CMC. En la actualidad, hay indicios de que la mefedrona vuelve a circular, aunque los datos de que disponemos para asegurarlo todavía son insuficientes. Sin embargo, no todo lo que se está vendiendo como mefedrona la contiene realmente, ya que, en ocasiones, se trata de otras catinonas sintéticas. Según las muestras analizadas en nuestros servicios durante 2025, este tipo de sustitución, es menos probable cuando se adquiere a través de la Deep Web.
Podía encontrarse en formatos variados: pastillas, cristal, polvo y pellets. Se nombraba también como m-cat y meow-meow.
Para más información, consulta la página de mefedrona (4-MMC).
La 3-MMC (3-Metilmetcatinona) fue la segunda catinona sintética de esta subfamilia en llegar al mercado como reemplazo de la 4-MMC. Actualmente, es difícil de conseguir, ya que ha sido sustituida por otras catinonas sintéticas más recientes y todavía sin fiscalizar.
Se podía encontrar en formato de polvo o cristal.
Para más información, consulta la página de 3-MMC.
La 2-MMC (2-metilmetcatinona) es la más reciente, identificada por primera vez en 2014 en Suecia, y sobre la que existe menos información científica y de consumo.
En la actualidad, la encontramos como adulterante por sustitución de la 4-MMC y, en algunos casos, añadida a la MDMA.
Puede encontrarse en formato de polvo o cristal.
Para más información, consulta la página de 2-MMC.
A la 4-CMC (4-clorometcatinona) también se la conoce como clefedrona. El 4 de marzo de 2020, fue incluida en la Lista II de la Convención de 1971.
Aun estando fiscalizada, la seguimos encontrando como adulterante de la MDMA, tanto por adición como por sustitución. También la encontramos en la 4-MMC como adulterante por sustitución.
Puede encontrarse en formato de polvo o cristal.
Para más información, consulta la página de 4-CMC.
La 3-CMC (clofedrona o 3-clorometcatinona) apareció después de la fiscalización de la 3-MMC en diversos países. Si bien la 3-CMC apareció al mismo tiempo que la 4-CMC, la primera tomó importancia en el mercado a partir del año 2020. Esto coincide con la fiscalización a nivel internacional de la 4-CMC. En la actualidad, la encontramos como adulterante por sustitución de la 4-MMC.
Puede encontrarse en formato polvo y cristal.
Para más información, consulta la página de 3-CMC.
Dipentilona (N, N-Dimetilpentilona, Bk-DMBDP) fue detectada en Europa por primera vez en Suecia en 2013. En 2024, fue fiscalizada.
Es estructuralmente similar a la n-etil-pentilona y a la eutilona. Se supone que su farmacología es similar y, por tanto, también lo son sus efectos y riesgos, aunque, por el momento, se desconocen.
Puede encontrarse en formato cristal y en pastillas cuando se presenta como adulterante de la MDMA.
Encontrada como adulterante de la MDMA, tanto por sustitución como por adición.
Metilona (bk-MDMA): se trata de una sustancia con efectos estimulantes y entactógenos y posee una gran similitud estructural con la MDMA. Apareció para imitar sus efectos y se considera que su toxicidad es inferior. Comenzó a popularizarse en 2010 y fue fiscalizada en 2015.
Fue sintetizada y patentada por Jacob y Shulguin, en 1996, como posible agente antiparkinsoniano y antidepresivo (Jacob and Shulguin, 1996), sin embargo, nunca se desarrolló como tal. A finales de 2004, en Holanda apareció como una nueva droga conocida como «Explosión». Las personas que la consumían relataban una sensación de euforia similar a la producida por la MDMA.
Encontrada como adulterante de la MDMA, tanto por sustitución como por adición.
Se comercializa en formato polvo o cristal. Además, cuando se presenta como adulterante de la MDMA, también es posible encontrarla en pastillas.
Alfa-PVP (Flakka): sus efectos son más intensos que los de la cocaína y la metanfetamina y varios estudios han mostrado su capacidad para producir neurotoxicidad. Dosis bajas (10-25 mg) pueden producir episodios psicóticos, ansiedad prolongada y agitación extrema. Fue fiscalizada en 2016. Se sintetizó por primera vez en 1963 y se comercializó para tratar la fatiga crónica y el letargo.
Puede encontrarse en formato polvo y cristal.
NEP (N-Ethyl-nor-pentedrone): produce efectos estimulantes, y algo entactógenos, además de aumento de la concentración y aceleración del pensamiento. Se dio a conocer en el mercado de los productos químicos de investigación en 2016.
Puede encontrarse en formato polvo, cristal o pastillas.
La NEP no siempre significa lo que parece.
Cuando alguien compra «NEP», en realidad podría estar adquiriendo dos sustancias distintas: N-etilpentilona (efilona) o N-etilpentedrona, ya que no hay un consenso con esta abreviatura. Sus efectos y riesgos son diferentes, y el etiquetado de los «research chemicals» a menudo no los distingue claramente.
En cambio, N-etilpentedrona se parece más a los estimulantes tradicionales y puede causar ansiedad, insomnio o sobreestimulación.
Es importante analizar, pues si NEP resulta ser efilona, se recomienda reducir la dosis.
Confundirlas puede ser muy peligroso, tanto por la dosis como por las posibles combinaciones. Es clave saber exactamente qué sustancia se está tomando analizándola en los servicios de análisis.
Como todo mercado, el no regulado o ilícito, juega con sus propias lógicas: es cambiante, dinámico y variado. Por ello, la información científica sobre este mercado es escasa, debido a la rapidez con la que cambian las catinonas sintéticas presentes en él. Esto supone que la desinformación está muy relacionada con estos mercados y esto está relacionado con la prohibición «porque la historia del «gato» (las instituciones que van fiscalizando las sustancias psicoactivas) y el «ratón» (los laboratorios y distribuidoras que lanzan al mercado nuevas sustancias que escapan de las leyes) no tiene fin».
La cadena de producción y distribución de NPS abarca una intrincada red que agrupa a personas especializadas en química, investigación, laboratorios underground y empresas que distribuyen a gran escala, con una vasta y compleja red de marketing y distribución (Francis y Smith, 2010).
Actualmente, las catinonas sintéticas se pueden encontrar en:
Su consumo es más frecuente en:
Podríamos hablar de dos situaciones o fenómenos relacionados con las catinonas sintéticas: por un lado, la adulteración por sustitución y/o adición de la MDMA. Y, por otro, la adulteración por sustitución de la mefedrona.
Hay diferentes hipótesis sobre por qué están siendo usadas estas catinonas sintéticas como adulterantes de la MDMA:
En sus inicios, las distribuidoras usaron un marketing muy eficaz. En el año 2007, se distribuían en Internet y en establecimientos tipo smart shop o head shop. La mefedrona y otras catinonas sintéticas se promocionaban, inicialmente, como «éxtasis legal», siempre con nombres y usos «no aptos para el consumo humano», como ya hemos comentado anteriormente, haciendo que personas que no habían consumido otras sustancias anteriormente, las empezasen a usar.
Las hipótesis sobre por qué están adulterando por sustitución la mefedrona son:
Desde la fiscalización de la mefedrona en 2011, otras catinonas sintéticas han ocupado su lugar. A pesar de esto, las personas que en la actualidad consumen por propia decisión estas sustancias, las están llamando «mefedrona» o «mefe», aunque es muy probable que estén consumiendo otras catinonas sintéticas.
Siguiendo la lógica del funcionamiento de los mercados, la sustitución de unas catinonas sintéticas por otras suele deberse a la búsqueda de alternativas no fiscalizadas. Esto explicaría el reemplazo por 2-MMC, pero no por 3-CMC, que continúa apareciendo como adulterante en lugar de la mefedrona (4-MMC), a pesar de haber sido fiscalizada en 2023. Por lo tanto, en este último caso, la razón de su presencia sigue sin una explicación clara.
El hecho de que una sustancia esté fiscalizada o no, no está necesariamente relacionado con sus efectos, riesgos o el conocimiento disponible sobre cómo gestionarlos. De hecho, muchas de las nuevas catinonas sintéticas que van apareciendo y aún no están fiscalizadas carecen de información objetiva, lo que supone un riesgo añadido para quienes las consumen.
En el caso de sustancias «tradicionales» como la MDMA o la cocaína, sí contamos con información científica que permite tomar decisiones informadas sobre sus efectos, dosis, riesgos y formas de reducirlos. Sin embargo, cuando se habla de alternativas legales o de sustancias con efectos similares, existe la tendencia a pensar que su estatus de legalidad las hace más seguras para el consumo. Paradójicamente, ocurre lo contrario: la falta total de información sobre ellas aumenta el riesgo.
Por todo esto, es fundamental recordar que la situación legal de una sustancia no está directamente relacionada con los riesgos asociados a su consumo.
Las catinonas sintéticas producen efectos estimulantes, aunque algunas de ellas también empatógenos. Algunas personas refieren que la vía de administración, y no solo el tipo de catinona sintética, es importante de cara a que se experimenten unos u otros efectos. Así, con la vía esnifada podrían predominar los efectos estimulantes, mientras que, con la vía oral, los empatógenos.
Por otra parte, un fenómeno reciente que ha despertado gran preocupación es el de la inyección de catinonas por parte de algunas personas. Esta forma de consumo, que supone con frecuencia la combinación de varias catinonas a la vez, se asocia a una mayor incidencia de efectos adversos.
Desde el punto de vista de los riesgos relacionados con la vía de administración, hay que tener en cuenta que la de menor riesgo es la oral, seguida de la esnifada y por último la inyectada, que es la que se asocia a una mayor probabilidad de experimentar problemas.
En relación con los riesgos relacionados con la dosis, hay que tener en cuenta que las catinonas sintéticas y las anfetaminas son sustancias estimulantes con estructuras químicas parecidas. Pero hay una diferencia importante: las catinonas tienen un grupo cetona en su estructura. Esta pequeña modificación hace que atraviesen con más dificultad la barrera hematoencefálica, que es la «frontera» natural que protege el cerebro de muchas sustancias que circulan por la sangre. Como llegan en menor cantidad al sistema nervioso central, sus efectos estimulantes pueden ser más suaves que los de las anfetaminas a igual dosis.
Por eso, las personas que consumen catinonas tienden a aumentar la dosis para conseguir efectos similares. El problema es que, al hacerlo, también se incrementan los riesgos de efectos adversos en el resto del cuerpo. Estos pueden incluir taquicardia (latido rápido del corazón), hipertensión (aumento de la tensión arterial), fiebre, temblores, rigidez muscular o vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos), entre otros.
Además, muchas catinonas producen una bajada intensa cuando el efecto empieza a desaparecer, lo que puede llevar a redosificar de manera impulsiva. Es importante tener en cuenta que, aunque el cuerpo pida más, ir acumulando dosis en una misma sesión aumenta de forma notable los riesgos, tanto físicos como psicológicos. Controlar la dosis total consumida y evitar redosificar constantemente son claves para reducir estos riesgos.
Como en la mayoría de las NPS, existe poca información científica sobre su toxicidad a medio y largo plazo, aunque, de las que se conoce un poco más, se sabe que afectan a nivel cardiovascular y neurológico.
La única manera de no asumir riesgos por consumir drogas es no hacerlo. Si decides usarlas, conoce los riesgos y cómo reducirlos:
Si es la primera vez que la consumes o no está analizada, empieza con dosis muy pequeñas (3-5 miligramos) y deja pasar al menos una hora, para poder valorar los efectos. Si lo que has consumido no hace su efecto en el tiempo que debería o notas efectos diferentes a los esperados, se recomienda no seguir tomando.
Es recomendable dejar pasar tiempo entre toma y toma para evitar una sobreestimulación.
El consumo, junto a la temperatura elevada, mantener una actividad física intensa, tener sudoración, etc. contribuye a la deshidratación. Para evitarla, bebe un vaso de agua regularmente o con bebidas no alcohólicas.
Recuerda que una cantidad demasiado grande de agua puede producir una hiponatremia (bajo nivel de sodio en sangre), que puede tener consecuencias graves. Para evitarla, modera la cantidad de agua o utiliza bebidas isotónicas (bebidas deportivas con bajo contenido en sodio).
Si lo haces, observa muy bien cualquier alteración que pudiera surgir y coméntala con profesionales de la salud.
Incluido el alcohol. Aun así, en caso de que mezcles, disminuye la cantidad a consumir de cada una de ellas. Evita, especialmente, la mezcla entre catinonas sintéticas y de catinonas sintéticas con otras estimulantes.
Si la sustancia que consumes contiene MDMA y alguna catinona sintética, recuerda que ambas sustancias son estimulantes, por lo que los efectos adversos derivados de la sobreestimulación pueden incrementarse (aumento de la frecuencia cardiaca, ansiedad, malestar físico e insomnio).
La vía esnifada entraña mayores riesgos que la oral, por lo que se recomienda usar esta última. Si usas la vía esnifada, evita compartir el rulo y límpiate las fosas nasales después de hacerlo (con agua tibia y mejor salina) para eliminar restos.
Viendo esta tendencia de muestras vendidas como MDMA que contienen catinonas sintéticas, si vas a consumir una muestra que no esté analizada, se recomienda hacer previamente una dosis test para poder valorar los efectos.
Si sabes que vas a consumir, adquiere las sustancias que vayas a consumir antes de ir a la fiesta, de fuentes conocidas y lo más fiable que puedas.
Asegura un entorno seguro, con personas de confianza y sin obligaciones al día siguiente.
E intenta respetarlo. Evita hacer muchas redosificaciones.
Ni el color, ni el sabor/olor, ni la forma, ni el logo, etc.
Valora cada vez que vayas a consumir si es oportuno hacerlo o no (si estás pasando por una mala racha, por ejemplo, puede que no sea el mejor momento para consumir).
Permanece en contacto con Energy Control para estar al tanto de las últimas novedades y poder reducir riesgos. El mercado de estas sustancias sigue evolucionando con nuevas variantes que intentan esquivar las prohibiciones, y satisfacer la demanda ante la escasez de determinadas sustancias, por lo que informarse y analizar las sustancias antes del consumo es fundamental.
Las opiniones vertidas en este documento no son necesariamente las de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
Financiado por:
Se trata de una sustancia en forma de polvo con efectos estimulantes y psicodélicos que pertenece a la familia de las catinonas. Es un inhibidor de la recaptación de la noradrenalina.
Ver másLa 2-metilmetcatinona (2-MMC) es una catinona sintética con efectos estimulantes y euforizantes que podrían compararse a los de la anfetamina o la cocaína. Tiene una estructura similar a la 3-MMC y 4-MMC (mefedrona). A diferencia de estas, la 2-MMC tiene menores efectos empatógenos.
Ver másLa 4-AcO-DMT o psilacetina es una sustancia con efectos psicodélicos perteneciente a la familia de las triptaminas. Es muy similar, tanto químicamente como en sus efectos, a la psilocibina que, una vez ingerida, se transforma en psilocina, ambos principios activos de las setas psicodélicas.
Ver másLa 3-metilmetcatinona pertenece a la familia de las catinonas y se trata de una sustancia con efectos estimulantes y euforizantes como la anfetamina o la cocaína, habiendo personas que refieren efectos empatógenos como la MDMA.
Ver másEl 6-(2-aminopropil) benzofurano (también conocido como 6-APB y «Benzofury») es una sustancia entactógena relacionada estructuralmente con otras del mismo tipo.
Ver másUno de los fenómenos más recientes es el de la aparición de los llamados cannabinoides semisintéticos (CSS). Aparecieron en Estados Unidos y rápidamente se han extendido a Europa. Estos productos se encuentran disponibles a través de diferentes canales de venta como páginas web o las tiendas dedicadas a la venta de productos cannábicos.
Se dispone de muy poca información científica sobre los CSS y sus riesgos.
Pertenece al grupo de las catinonas que son un tipo de sustancias con efectos estimulantes.
Puede aparecer en polvo y en cristales transparentes o amarillentos. Entre el 2007 y el 2009 se popularizó en Europa por tener unos efectos similares a la MDMA y se podía conseguir fácilmente en internet como Legal high. Tras un auge en su consumo la prohibieron en 2011 y, desde entonces, es una sustancia que se encuentra en el mercado no regulado.
La 3-CMC (también conocida como clofedrona o 3-clorometcatinona) es una sustancia psicoestimulante de la familia de las catinonas que ha aparecido recientemente en el mercado de las NPS, especialmente en Europa. Suele aparecer como un polvo, aunque puede verse en forma de pastilla suplantando a la MDMA.
Ver másRecibe toda la información sobre drogas y las novedades de Energy Control en tu correo. Suscríbete a nuestra newsletter.
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